La pandemia del coronavirus sigue extendiéndose y la desprotección del personal sanitario es cada vez mayor. Batas, mascarillas y pantallas siguen necesitándose día a día en los hospitales españoles.
Las mascarillas y los geles desinfectantes escasean desde que el coronavirus llegó a nuestro país en febrero, desabasteciendo a las farmacias.
Ahora los centros sanitarios y hospitales las necesitan y, es por eso que las mascarillas de tela se comienzan a fabricar por parte de empresas o personas solidarias. La mayoría suelen emplearlas para repartir o bajar al supermercado a comprar.
Desde el punto de vista de los expertos, las mascarillas elaboradas de forma doméstica no cumplen con los criterios técnicos de fabricación que recomiendan las autoridades sanitarias. Además, insisten en que no garantizan la misma efectividad porque no han pasado ninguna clase de control sanitario.
En YouTube proliferan diariamente videotutoriales sobre cómo realizar mascarillas con filtros de café o papel de cocina. Ya no es que la mascarilla no ofrezca la protección necesaria, si no que genera esa falsa sensación de seguridad.
Las autoridades insisten en que la población sana no necesita llevar mascarillas por la calle y que es necesario destinar todas las que se produzcan o se compren para la protección de sanitarios y personas inmunodeprimidas o de riesgo.
