La cuarentena alivia la alergia en una primavera con niveles de polen altos, pero todavía queda enfrentarse al asma y la alergia durante el período de desescalada España.
Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, SEAIC, siete millones de españoles son alérgicos a gramíneas, seguidos en orden decreciente por alergia al olivo, arizónica, plátano de sombra, salsola y parietaria.
En plena pandemia de coronavirus, los expertos afirman: «Una persona alérgica no tiene más riesgo de sufrir un peor pronóstico en el caso de contagiarse por SARS-CoV-2. La alergia no supone un peligro que aumente la facilidad para el contagio ni implica una peor evolución de la COVID-19»
Asma alérgico desescalada España: obstrucciones respiratorias
El 20% de los casos alergia desencadena en asma, una complicación que resulta delicada si se suma al coronavirus, ya que aumenta la inflamación y la obstrucción de las vías aéreas, provocando la dificultad respiratoria.
El contagio de la COVID-19 puede convertirse en un mal mayor junto con el asma alérgico. En aquellas personas con un asma grave y mal controlado, el riesgo puede ser mayor, porque es posible que el contagio por coronavirus provoque la reagudización de la enfermedad.
Salir a la calle en la desescalada España no ayuda en absoluto a controlar estos efectos colaterales. De hecho, entre los desencadenantes de crisis de asma figuran el polen en las personas alérgicas y la contaminación.
Debido al confinamiento, los niveles de contaminación en la desescalada España han disminuido de forma considerable y, dado que la desescalada es progresiva, resulta previsible que no se alcancen de forma brusca los niveles previos a la pandemia.
Respecto al polen se produce el efecto inverso. Durante la pandemia disminuyeron las labores de mantenimiento y cuidado de la vegetación por lo que es esperable un aumento de pólenes, aunque las concentraciones dependen también de otros factores como las condiciones climáticas.
Diferencias entre alergia y coronavirus en desescalada España
Estornudos, picor de ojos, tos seca o erupciones en la piel son algunos de los síntomas alérgicos que, en estas circunstancias, pueden confundir a los afectados hasta el punto de pensar que han caído en las garras de la COVID-19.
Resulta fácil distinguir ambas patologías, ya que la alergia suele remitir al regresar a casa y no va acompañada de fiebre.
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