sábado. 21.12.2024

La lluvia, el frío y los días grises nos ayudan a que el aislamientos debido al coronavirus se nos haga más llevadero. Ver sol y sentir calor al acercarnos a una ventana incita a salir a la calle o a generarnos más ansiedad por no poder hacerlo.

Han sido muchos los rumores acerca de la resistencia del coronavirus al frío o al calor. Incluso se interpretó que el COVID-19, al igual que la gripe común, terminaría desapareciendo con la llegada del calor durante la primavera y el verano.

Sufrimos unos cambios bruscos de temperatura las pasadas semanas. De días de calor a días de lluvia y frío. ¿En qué medida se frena la propagación o se aumenta? ¿Qué clima favorece más su expansión? 

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La humedad ayuda a la propagación

El calor no implica que el coronavirus vaya a desaparecer, es más, la humedad es la que ayuda a la propagación del virus.

El virus de la gripe común prefiere manifestarse durante el tiempo frío y tiene muy pocos picos en verano. En el caso del coronavirus, todavía se desconoce exactamente en qué temperatura se siente más cómodo para brotar.

Pero ¿qué tiene que ver la humedad en todo esto? Pues que el nivel de humedad en el aire influye en la propagación de los virus respiratorios, como es el caso del COVID-19.

La explicación es muy sencilla. El coronavirus se propaga por el aire al estornudar, toser o hablar y las partículas se encuentran suspendidas en el aire. Por eso, no es lo mismo un clima seco y caluroso que uno húmedo y frío. 

Por lo general, el frío ayuda a la propagación de todos los virus. En el caso del COVID-19 no se ha comprobado todavía que sea así ni tampoco la temperatura ideal para frenarlo.

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