Que una persona con coronavirus se acerque a alguien sano y tosa, no tiene por qué hacerse la prueba. Es necesario tener algún indicio más para sospechar que puedas estar infectado.
Entonces, ¿quién se hace la prueba del COVID-19?
Uno de los supuestos, las personas que hayan estado en una de las declaradas "zonas de riesgo" o con un una persona que haya estado.
El segundo caso, presentar los síntomas de tos seca, fiebre y falta de aire. No se realizará la prueba si los dos supuestos no se cumplen debido a que un negativo hoy de una persona asintomática no evita un positivo mañana.
Es decir, si se ha mantenido contacto estrecho con un positivo en coronavirus pero se sigue sano, las medidas a tomar son de cuarentena y estar alerta para así evitar el colapso del sistema.
Un "contacto directo" con un positivo en COVID-19, según Sanidad, es "cualquier persona que proporcionara cuidados mientras el positivo presentaba los síntomas". También incluyen a personas presentes a una distancia menor de dos metros con pacientes positivos.
¿Como funciona la prueba del COVID-19?
El coronavirus se confirma o desmiente a través de unas pruebas denominadas PCR (reacción en Cadena de la Polimerasa), un test de screening positivo en los laboratorios destinados por los gobiernos regionales, además de una confirmación en el Centro Nacional de Microbiología.
Las muestras se toman de fluidos de nariz o garganta y el tiempo de respuesta es de unas cuatro horas aunque varios usuarios afirman días de espera.