Estos meses hemos tenido que reeducar cuerpo y mente. Uno de los aspectos fundamentales en los que notamos el cambio es la sexualidad.
El confinamiento ha permitido descubrir nuevas formas de vivir la masturbación y también ha logrado disparar la venta de juguetes sexuales.
Las prácticas de sexting o el consumo de pornografía han ido aumentando con el confinamiento.
Pero, ¿qué pasa ahora en el inicio de la desescalada?
Primera forma de desear en la desescalada España: Cero ganas
En las primeras semanas, la masturbación seguro que era fundamental, una rutina. Fue una gran ocasión para aprender nuevas zonas, para jugar con más juguetes, pero la mayoría de las veces seguro que te resultó una masturbación bastante anodina.
El deseo, a medida que pasa el tiempo, baja. Pasaste de tener ganas a tener pereza y, durante la última semana, el sexo sigue sin ser una prioridad. Esto se debe a que, mucha gente reclama antes los abrazos que los orgasmos (pero que si vienen orgasmos, nadie les hace un feo)
Tras tanto tiempo, el sexo lo miras con desgana. El proceso para ti era chatear, quedar, beber, hablar, volver a hablar, tener sexo (si surge), valorar si valió la pena y volver a empezar (o no).
En cualquier caso, que el deseo baje es normal y no está mal. Hay mil formas más de tener intimidad con uno mismo y con otra persona.
NO follar es perfectamente normal.
Segunda forma de desear en la desescalada España: Ansiedad
El Síndrome de la cabaña hace que sientas un miedo terrible ante la idea de salir de casa. Y eso, lógicamente, lo aplicas también al sexo.
Muchas personas sienten inseguridad a la hora de tener cualquier contacto. Estamos hablando de que son dos meses sin encuentros físicos, sumándole la cantidad de mensajes tragados acerca de la peligrosidad del contacto, la asepsia y el distanciamiento físico.
Pero esto es absolutamente normal también. Así que, ante todo, calma.
El deseo sexual es un sentimiento demasiado complejo y desconocido en muchos aspectos. En circunstancias como la del confinamiento, se establecen unos límites.
Quizás podemos sobrellevar una prohibición absoluta o disfrutar de una libertad total, pero somos incapaces de lidiar con el deseo sexual con libertades recortadas y prohibiciones a medias.
Tercera forma de desear en la desescalada España: "¡Qué gustazo!"
Sí, también están las personas que celebran con ganas esta relajación en las prohibiciones. Ya puedes quedar por Tinder y, tras tanto sexting, es normal que te sientas más salido que el pico de una mesa.
No todas las personas soportan la soledad de la misma forma. Por eso, mucha gente permite comportamientos inadecuados e irresponsables durante la desescalada. Encontrarte con la pareja que vive cerca, tener una cita pospuesta, cambiar de cama una noche… etc.
No necesariamente tiene que implicar contagio, pero tampoco son comportamientos sin riesgo.