La mayoría de campañas de desinformación relacionadas con la COVID-19 utilizan la pandemia sólo como señuelo porque captura la atención de los usuarios.
Estos en ocasiones terminan siguiendo páginas con otro tipo de contenidos, según el responsable global de interrupción de amenazas de Facebook, David Agranovich.
"Controlamos el terreno donde se desarrolla esta batalla", dijo en una conferencia digital organizada por la plataforma EU Disinfo el experto de la red social fundada por Mark Zuckerberg, como ejemplo de una de las grandes ventajas de las plataformas en la lucha contra las noticias falsas.
El director ejecutivo de EU Disinfo Lab, el francés Alexandre Alaphilippe, advirtió del peligro de plataformas de micromecenazgo (crowfunding) como Patreon o GoFundMe en relación con la "infodemia" del coronavirus, a las que se presta menos atención que a gigantes como Instagram, Reddit, Twitter o Facebook.
Si bien esas plataformas han sido "cruciales" para financiar iniciativas contra información fraudulenta, también se emplean para "monetizar la desinformación", denunció Alaphilippe, quien indicó que muchas de esas webs no disponen de una política para impedir la difusión de información falsa.
Por su parte, la investigadora de la Universidad Libre de Bruselas Trisha Meyer, destacó la "urgencia" de conseguir que las políticas de moderación de las compañías se basen en la "transparencia" y la "rendición de cuentas".
Sólo el 4,8 % de los vídeos retirados por YouTube entre enero y abril de 2020 fueron denunciados por los usuarios y el resto por la propia web de vídeos, indicó Mayer, quien indicó que la Unión Europea es un marco suficientemente amplio para dotarse de una legislación al respecto, ante la gran dificultad de aplicar protocolos a nivel internacional.
"Creo que somos suficientemente grandes. Nunca va a haber un acuerdo global", dijo Meyers, quien abogó por un enfoque con múltiples actores, incluidas organizaciones independientes, para definir esas políticas y no dejar ese ámbito en manos sólo de gobiernos y empresas.
Esa red social, al igual que otras grandes plataformas como Google, Twitter o TikTok, están suscritos al código voluntario impulsado por la Comisión Europea para frenar la divulgación organizada de contenidos falsos.