Montar el colegio en casa durante la pandemia es mucho más que instalar un dispositivo electrónico, un reajuste familiar que tendrá consecuencias.
El estado de alarma no nos dio opción, el cierre de colegios para frenar la pandemia nos ponía patas arriba nuestro día a día. La enseñanza, ahora, era cosa de los padres.
Pero más allá de todo lo que traía consigo esta nueva realidad educativa, una preocupación, ¿qué efectos psicológicos tendrá en los niños?
Al igual que ocurre en los adultos, la sensación de incertidumbre también está presente en los niños. No saber qué ocurrirá en su rutina diaria, incluida la vuelta al cole, no ayuda en un escenario como el que están viviendo.
Su realidad se truncó de un día para otro y tuvieron que montar el campamento escolar en casa y sustituir al profe por papá y mamá. Sin duda, una realidad divertida al principio pero muy complicada según avanzaban los días.
Consecuencias del cole en casa en los niños
Las principales consecuencias, a corto y medio plazo, de la crisis sanitaria del COVID-19 y el cole en casa serán la angustia y la ansiedad.
Pero además de ellos, los menores deberán enfrentarse a otro tipo de dificultades. Entre ellas, dificultades de concentración, para mantener la atención, memorizar...sin contar con las alteraciones de alimentación y sueño, ya sea por defecto como por exceso.
Si analizamos el plano social, no hay que olvidar que, durante mucho tiempo, los menores no han tenido contacto con otros niños de su misma edad, han perdido el ritmo de rutinas, todo ello vital para reforzar la confianza.
Si a ello le sumamos las dificultades que muchos, incluido alumnos, familias y profesorado, han encontrado a la hora de enfrentarse a la tecnología, las consecuencias negativas se incrementan.
Pero no todo tiene por qué ser negativo, una situación así puede reforzar, en algunos casos, la autonomía y la responsabilidad. La manera de enfrentar la realidad será la clave para salir lo más reforzado posible.