La ministra de Educación apuesta por el uso de la mascarilla en las escuelas a partir de 6 años y por un método combinado de toma de temperatura, a la entrada al centro y en las aulas.
De igual forma, ha considerado que existe una "alarma excesiva" sobre la vuelta al colegio.
Además, se está trabajando en dos fórmulas para ayudar a los padres que deban quedarse en casa para cuidar a sus hijos en caso de estar infectados por COVID: un permiso retribuido, como ha adelantado este miércoles El Mundo, y una baja por enfermedad, ha señalado Celaá en declaraciones a la Cadena Ser.
Estas son algunas de las cuestiones se van a analizar en la reunión que van a mantener este jueves Celaá y el titular de Sanidad, Salvador Illa, con los consejeros de las comunidades autónomas, de cara al inicio del curso escolar, en el que "la apertura de la escuela es innegociable".
"La presencialidad es el concepto general sin excluir otros", ha reiterado Celaá, quien ha recordado su postura de que hay que si hay que priorizar la presencialidad "será para infantil y primaria y hasta los 14 años aproximadamente, un poquito de secundaria".
Celaá ha dicho que cree firmemente en que existe un exceso de alarma en la vuelta al cole "suscitado por mucho movimiento político y mediático" y ha pedido no cargar a las familias con más preocupación.
Todas las medidas que se van a analizar mañana las conocen las comunidades autónomas desde junio, aunque tendrán que ajustarse a la realidad, porque "sería una irresponsabilidad no hacerlo" tras la evolución de la pandemia, ha dicho.
Uno de esos ajustes será "el uso más generalizado" de la mascarilla, a partir de los 6 años, ha dicho la ministra, quien ha recordado que esta medida ya estaba incluida en el protocolo aprobado en junio.
En cuanto a la toma de temperatura, es un tema que se cerrará mañana, si bien Celaá apuesta por un sistema combinado: a la entrada a los centros y en las aulas, para evitar colas, una cuestión, ha dicho, que se pretende "descartar".
La realización de PCR al personal de los centros escolares es una cuestión que debe decidir Sanidad, al igual que el cierre de las escuelas por "una cuestión grave", si bien Celaá ha insistido en que se está trabajando por "proveer un entorno seguro".
La ministra ha explicado que se manejan también dos fórmulas para que los niños no acudan a clase con fiebre: una declaración responsable de los padres, o bien que haya "un conocimiento fehaciente por parte de los padres de que tiene que ser así, con respuesta específica al centro escolar".
Celaá ha incidido en que "no tiene sentido no llevar al niño al colegio por no llevarlo", si bien en el caso de pequeños con patologías crónicas puede haber una causa justificada.
La ministra ha dicho que la escuela es el entorno más seguro, en el que se puede detectar precozmente un contagio, en cuyo caso se le aislaría en una sala y se notificaría a sanidad. La interlocución entre el centro educativo y el de salud está garantizada.