domingo. 24.11.2024

La pandemia mundial del coronavirus tuvo su nacimiento en la ciudad china de Wuhan, como todo el mundo sabe ya a estas alturas.

A pesar del inicio fulgurante de la enfermedad por el territorio chino, y cuando gran parte del resto de la población mundial todavía pensaba que el asunto no podría ser tan grave, el país asiático fue tomando medidas que podían parecer exageradas en un principio, pero que acabaron demostrando su eficacia a corto plazo.

 

Para informar de todo ello desde el minuto uno, se encontraban en China algunos periodistas españoles que trabajaban allí como corresponsales.

Los otros 'Kamikazes' de la pandemia en China

Sin que sea comparable, los periodistas destinados en China ejercen una labor 'kamikaze' igual que en muchos otros sectores, que cumplen con su trabajo a pesar de la pandemia y muestran al espectador la otra cara de la enfermedad desde prácticamente la 'Zona 0'.

La labor informativa que hacen estos profesionales ha permitido que el resto de espectadores conozcan de primera mano la situación actual en China una vez (parece), han superado el coronavirus en su pico más alto.

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Muy interesante ha sido el Informe Semanal que ha preparado RTVE y en el que la periodista Mavi Doñate ha explicado de primera mano, si el ejemplo de China en relación a la gestión del coronavirus puede servir al resto del Mundo.

Clicka aquí para ver el Informe Semanal: China, ¿Un espejo fiable?

Una mirada diferente

Otro de los periodistas que sabe aportar un toque de luz en cualquier situación es Carlos del Amor, que con sus reportajes en RTVE demuestra que el periodismo va más allá de la pura información. El periodismo también puede ser arte.

Corresponsales por encima de todo

Sin duda, el periodismo de corresponsales es uno de los trabajos más apasionantes y diferentes dentro de la comunicación. Ante una situación de crisis mundial como esta, la labor informativa debe ir más allá de las cifras y de la pura información.

Porque a veces, en periodismo, una imagen también vale más que mil palabras.

El periodismo que traspasa la frontera del coronavirus