Castilla-La Mancha es la tercera Comunidad Autónoma con más fallecidos por COVID-19 en España, un dato alarmante si nos fijamos en su número de habitantes.
La pandemia, según los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad el 7 de abril, se ha cobrado la vida de 1.177 personas y 11.077 casos de COVID-19 detectados.
Tanto en fallecidos, como en casos detectados, Castilla-La Mancha está en tercer lugar, detrás de la Comunidad de Madrid y Cataluña.
Si analizamos los datos ofrecidos por Sanidad el pasado 5 de abril, observamos cómo una población de 2.038.440 habitantes, como es Castilla-La Mancha, supera en número de fallecidos a comunidades como Andalucía que cuenta con 8.446.561 habitantes.
Además, los datos que observamos en el gráfico muestran resultados "muy parejos" en porcentaje de fallecidos tras el contagio, a pesar de las grandes diferencias demográficas, entre la Comunidad de Madrid, Cataluña y Castilla-La Mancha.
Detrás de Castilla-La Mancha, encontramos a Castilla y León con unos valores muy parecidos, tras ella los valores del resto de comunidades van disminuyendo considerablemente.
Si atendemos al factor demográfico, Castilla-La Mancha sería la segunda comunidad, tras la de Madrid, con un mayor porcentaje de fallecidos por población.
Qué está ocurriendo en Castilla-La Mancha
Muchos son los factores que pueden estar incidiendo en cómo se está comportando el COVID-19 en Castilla-La Mancha, quizás los más importantes puedan ser estos.
El factor más determinante en una situación de crisis sanitaria, provocada por una pandemia como la del COVID-19, sin duda es el envejecimiento de la población.
La población más vulnerable frente al virus son las personas de más de 65 años, si a este factor le añades que estos pacientes puedan tener enfermedades previas, el número de fallecimientos será elevado.
Otra razón por la que tanta gente está muriendo en Castilla-La Mancha es que muchos de los pacientes contagiados no están siendo hospitalizados.
Muchas personas mayores, debido a la idiosincrasia de esta comunidad, no pueden acudir con facilidad a centros hospitalarios, además, el no contar con nadie que pueda identificar los síntomas y evaluar el grado de empeoramiento no ayuda a su recuperación.
Es muy probable que muchos pacientes estén muriendo sin haber podido detectar si habían sido contagiados por el COVID-19.
Otro factor que está incidiendo de manera alarmante en la letalidad del COVID-19 en la comunidad manchega es el foco de fallecimientos en residencias de ancianos.
Si el sistema sanitario se ha visto colapsado por la crisis sanitaria del COVID-19, es lógico pensar que en las residencias de ancianos, tanto en las de Castilla-La Mancha como las del resto del país, no estaban preparadas para algo así.
Un foco de contagio que ha servido para engrosar aún más las listas de fallecidos en Castilla-La Mancha.
Por último y no menos importante, el éxodo de estudiantes desde las ciudades donde cursaban sus estudios a su localidad, puede constituir otro factor de contagio.
Al decretarse el estado de alarma, muchos fueron los jóvenes que volvieron a casa y con él quizás el aumento de la propagación del virus.