Vacunas COVID-19 que se aplicarán antes en profesionales sanitarios y personas de alto riesgo, podrían no frenar la transmisión del virus y estarían más enfocadas a la prevención de enfermedad grave y de muertes.
Así lo han puesto de relieve expertos que han participado de clausura del XLIV Congreso de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).
Los programas de vacunación, tal y como han señalado los profesionales, deberán ser coordinados por las administraciones de los distintos países, siendo en un principio grupos prioritarios, los profesionales de salud y personas de alto riesgo para enfermedad grave, antes de iniciarse la vacunación masiva.
Entre los grupos de riesgo de enfermedad grave de COVID-19 se encuentran determinados niños con inmunodeficiencias primarias debido a que su déficit inmunitario les hace más vulnerables a las infecciones, según la SEICAP.
De momento se conoce que los niños con inmunodeficiencia común variable sufren la COVID-19 de forma más grave que los que tienen agammaglobulinemia, otra inmunodeficiencia, según datos ofrecidos por el doctor Otavio Augusto Leite Cintra. Head of Scientific Affairs and Public Health and Vaccines Global Medical Affairs en GSK.
Los expertos han advertido también de la importancia de mantener el calendario de vacunación al día para evitar que las enfermedades prevenibles por vacunas reaparezcan.
Además, inciden en la necesidad de que este año haya una alta tasa de vacunación de la gripe, sobre todo en grupos de riesgo, entre los que se encuentran los niños con asma e inmunodeficiencias primarias.
En cuanto a la situación de las vacunas frente a la covid, en este momento existen un total de 213 en diferentes fases de desarrollo, según datos recopilados por GSK de distintas fuentes.
De todas ellas, solo 52 están en diferentes fases de desarrollo clínico: 27 en fase 1 de desarrollo clínico, 14 en fase 2 y 11 en fase 3, que sería la fase más adelantada del programa de desarrollo clínico.
Después de completada la fase 3, se debe pasar el proceso de revisión y aprobación regulatoria.
"Por todo esto, resulta complicado en este momento tener una estimación segura de cuando se podrá empezar a vacunar a la población, ya que los estudios todavía no están completados. En caso de que una vacuna sea aprobada y tenga producción de dosis suficiente, se necesita también la implementación de los programas de vacunación por parte de los países", explica el doctor Otavio Augusto Leite Cintra.