La pandemia y el confinamiento "obligatorio" han cambiado nuestro día a día, lo peor de todo esto, es que una vez superada la situación, nuestros hábitos no serán los mismos.
Somos personas de contacto, de abrazarnos, de demostrar el afecto de manera tangible, ¿eso seguirá siendo así? o por el contrario, y movidos por el miedo, ¿modificaremos nuestros hábitos de conducta?
Quién iba a pensar, hace unos días, que nuestra forma de relacionarnos socialmente constituiría un riesgo letal para nuestra salud.
De ahí que pensar en cómo van a ser nuestras relaciones sexuales, más allá del confinamiento, se esté convirtiendo en la preocupación de muchos.
El temor a contagiar o a que nos contagien, quizás nos llevará a evitar el contacto sexual en aras de la autosatisfacción o el sexo cibernético.
Este planteamiento es de lo más práctico y natural, al igual que hay una crisis económica, motivada por la pandemia del COVID-19, habrá una crisis de confianza en cuanto al contacto físico.
Como consecuencia de ello, y una vez pasado todo esto, puede que la afectividad y el tipo de contacto interpersonal se vean dañados de forma "consciente" ante el riesgo de contagio.
Inevitablemente, la sexualidad tampoco será igual ¿se le dará una importancia relativa, dentro de este nuevo escenario que se nos presenta?
Hablar de lo que puede o no ocurrir es aventurarse demasiado, prueba de ello es que nadie imaginaría, hace unos meses atrás, la situación que hoy estamos viviendo.
Pero lo que si es cierto es que en situaciones extremas como esta, lo que cobra valor es la salud.
Al margen de todo ello, y como ocurre en muchos otros aspectos de la vida, la edad es un factor determinante, y temas de sexo quizás aún lo sea más. La valoración sobre esto no será la misma en función de la edad.
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