La desescalada en España se hará de forma paulatina, al menos eso es lo que se nos tramiten las autoridades, un proceso que no debe estar exento de responsabilidad y prevención.
Visitar el supermercado en estos días se ha convertido en uno de los pocos pretexto que tenemos para pisar la calle, de ahí que el riesgo de contagio en su interior sea importante.
Hacer la compra con menores constituye una actividad de riesgo, como casi todas las que podamos llevar a cabo sin precaución y sin respetar las medidas de prevención.
El COVID-19 afecta menos a los menores que a los adultos, pero no hay que olvidar que los más pequeños son los grandes transmisores del virus.
Quizás se contagien, sí, y aunque ellos solo sufran síntomas leves, pueden contagiar a los adultos, un problema que puede cobrar mayores dimensiones si estos tienen enfermedades previas.
Por ello, hay que extremar las precauciones, el riesgo está ahí, es real, y solo nuestra responsabilidad nos ayudará a no contagiarnos.
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